Cuando el comité de redacción de la newsletter de la FCI se puso en contacto con
él para hablar de la elaboración de la nomenclatura actual de las Razas de la FCI,
el Profesor Raymond Triquet, antiguo miembro y Presidente de la Comisión de Estándares
de la FCI, no dudó en comentarnos las circunstancias en las que había redactado
esta nomenclatura y los criterios en los que se había basado para llevar a cabo
este importantísimo trabajo, una clasificación casi universal cuyo eco y aplicación
le han llevado a convertirse en referente de la materia. Es pues una gran satisfacción
para nosotros presentar en unas líneas las reflexiones de Raymond Triquet, así como
las del doctor Yves Surget, gran cinófilo en la escena francesa e internacional.
Yves De Clercq
Director Ejecutivo de la FCI
Nomenclatura de las razas caninas
Tal como anunciamos en estas mismas columnas (SCC Informations), la Federación
Cinológica Internacional adoptó una nueva nomenclatura de razas caninas en la Asamblea
General celebrada en Israel los días 23 y 24 de junio de 1987.
La antigua nomenclatura, sobre la que tal vez mis colegas conserven algún vago recuerdo
por haberla visto por encima durante el primer año de sus estudios zootécnicos,
se mostraba obsoleta y contenía demasiadas inexactitudes a ojos de los dirigentes
de la Sociéte Centrale Canine. En 1979, el Comité solicitó a la Comisión Zootécnica
que actualizara la nomenclatura vigente. Dentro de la Comisión se nombró un ponente
en la persona de nuestro colega, Claude Roche. Este último pudo vislumbrar rápidamente
la inmensidad de la tarea que se le había encargado, y declaró que no se trataba
sólo de realizar ciertas adaptaciones, sino que había que cambiar totalmente la
clasificación de las razas caninas. Dadas sus sobrecargadas ocupaciones sindicales
y la consecuente falta de tiempo, y ante la importancia de la reflexión y la tarea
que había que llevar a cabo, Claude Roche pidió que se designara a otro ponente.
La Comisión Zootécnica encargó pues al profesor Raymond Triquet, profesor en la
Universidad de Lille III, juez de la SCC y autor del indispensable y lúcido “Diccionario
de Cinofilia - Diccionario Anglo-Francés del Mundo del Perro”, la reforma
de esta nomenclatura.
La antigua nomenclatura incluía diez grupos de razas. El primer grupo estaba compuesto
de los Perros de Pastor, sometidos y no sometidos a pruebas de trabajo. El segundo
estaba constituido por los Perros Guardianes y los de Protección (Molosoides, Boyeros
y Spitz diversos), igualmente sometidos o no a pruebas de trabajo. El tercer grupo
estaba constituido por los Terriers, el cuarto se reservaba a los Teckels, mientras
que el quinto y sexto incluían respectivamente a los Sabuesos de caza mayor y a
los de caza menor. Luego venía el séptimo grupo con los perros de caza y los perros
de muestra de razas no británicas, mientras que el octavo correspondía a los perros
de muestra, a los Retrievers y Spaniels de raza británica. El noveno grupo estaba
compuesto por los perros de compañía y el décimo por los Lebreles.
Esta nomenclatura estaba sembrada de no pocas herejías. Por ejemplo, en el noveno
grupo se encontraban perros Terrier o Spaniel no sometidos a pruebas de trabajo,
y ciertas razas enanas fueron incorporadas a los dos primeros grupos.
Por otra parte, se observaban diversas aberraciones. Tal era el caso del “Braco
de Puy”, como si este perro fuera originario de la Ciudad de Puy, cuando en realidad
se trata del “Braco Dupuy”, merced al nombre de un criador de la región de Poitou
que se había incorporado a la selección.
En 1981, Raymond Triquet se puso manos a la obra y, compartiendo el punto de vista
de Claude Roche, percibió rápidamente que no se trataba de un simple reajuste, sino
de la restructuración completa de una nomenclatura obsoleta y aún vigente. Defendió
su ética y su concepción de la nueva nomenclatura en diversos artículos, donde uno
de ellos, publicado en el tercer trimestre de 1981, planteaba la cuestión: “¿Qué
significado tienen hoy los estándares de las razas caninas tras 100 años de cinofilia?”
y mostraba, además de las imprecisiones de redacción de muchos estándares, las imperfecciones
de las nomenclaturas tanto de este como del otro lado del Canal de la Mancha. Durante
el 3º trimestre de 1984, defendió “Por el uso de una terminología exacta en cinofilia”,
aunque ya antes, en el segundo trimestre de 1983, escribió un estudio excelente
titulado “Por una definición componencial de grupo, de raza y variedad”, que desembocaba
directamente en la articulación de las razas caninas en grupos, en los que se podían
distinguir los componentes de manera lógica. Definía grupo como “conjunto de razas
que tienen en común un cierto número de caracteres distintivos transmisibles”. Se
esbozaba entonces una distribución componencial de las razas en diez grupos, fundada
en caracteres morfológicos parecidos y en aptitudes similares. No obstante había
que tener en cuenta ciertos imperativos administrativos. En efecto, los catálogos
de las exposiciones caninas se editaban siempre respetando la nomenclatura, y el
colegio de jueces se formaba según las especialidades de éstos, a otros se les cualificaba
dentro de un grupo determinado, y a veces para un grupo completo.
Aplicando rigurosamente su reflexión, Raymond Triquet efectuó una amplia encuesta
de concertación, donde se interrogó a todas las asociaciones de raza sobre la posibilidad
de clasificar su raza respectiva en la nueva nomenclatura contemplada, pidiéndoles
que comunicaran sus observaciones y deseos.
Finalmente “el asunto” se llevó a cabo sin rodeos y con mano maestra. En 1985, la
nueva nomenclatura fue presentada a la Comisión Zootécnica que, tras estudiarla,
sólo aportó pequeños retoques antes de adoptaba. El considerable trabajo abocó pues
en una clasificación de razas caninas muy diferente a la precedente. Dada la dificultad
de aislar Francia a la hora de aplicar dicha nomenclatura, se decidió presentarla
a la Federación Cinológica Internacional para que fuese aceptada por todos los países
federados.
La restructuración propuesta pareció revolucionaria a los responsables de la FCI,
que al principio trataron de eludirla. Sin embargo, los debates que ésta generó
condujeron a ciertas modificaciones. Así, los Teckels, previamente incluidos en
un subgrupo de perros Sabueso, se incorporaban a un grupo propio, con la aquiescencia
y los deseos de Alemania. Se iniciaba pues una nueva concertación, esta vez entre
los países miembros de la FCI.
No es menos notorio por otra parte que en 1985 la Asamblea General de Ámsterdam
evitase adoptar la nomenclatura francesa de Raymond Triquet. No obstante, en julio
de 1985, el Comité de la SCC decidió dar cumplimiento a la nueva nomenclatura a
partir del 1 de julio de 1987. Poco más tarde, los trabajos de la sección Europa
de la FCI en Viena, en mayo de 1986, permitieron comprobar que la mayoría de los
países europeos estarían dispuestos, con ciertos matices, a adherirse a ella. En
otros continentes, ciertos países, Japón particularmente, daban a conocer su apoyo.
Finalmente convencido, el Comité de la FCI decidió someter a la Asamblea General
de Jerusalén, en junio de 1987, la nomenclatura que defendió en vano en 1985. El
Comité de la SCC decidió oportuno poner todo en obra para facilitar la adopción
y, con tal propósito, trasladó al 1 de enero de 1988 la fecha de aplicación de la
nomenclatura, a fin de no poner a la Asamblea General de la FCI ante el hecho ya
consumado por parte de Francia.
La adopción definitiva del texto en Jerusalén, los días 23 y 24 de junio de 1987,
constituye un acto positivo y un reconocimiento por la FCI del valor de las proposiciones
de la Société Centrale Canine.
La nueva nomenclatura, que se desarrollará íntegramente en estas columnas, incluirá
pues, tras las modificaciones e inevitables concesiones, diez grupos de razas. Los
grupos están divididos en secciones, dentro de las cuales los subgrupos vienen precedidos
por una letra mayúscula. Los países se clasifican numéricamente por orden alfabético
de su nombre en francés. Si la FCI reconoce variedades dentro de una raza (al no
tener estándar propio), éstas se clasifican en orden alfabético y vienen precedidas
por una letra minúscula. El nombre de la raza se imprime en caracteres romanos y
se ortografía en la lengua del país de origen, y la traducción francesa, cuando
existe, se menciona con caracteres en cursiva. La cifra entre paréntesis que sigue
al nombre de cada raza corresponde al número del estándar difundido por la FCI.
Finalmente, las razas sometidas a trabajo se indican con la mención (TR)
entre paréntesis y en cursiva. De tal forma, la nomenclatura se presenta bajo los
títulos generales siguientes:
- 1º Grupo: Perros de Pastor y Boyeros - Sección I = Perros de Pastor; Sección
I = Perro Boyero (excepto perros Boyeros Suizos).
- 2º Grupo: Perros de tipo Pinscher y Schnauzer. Molosoides, Perros Boyeros
Suizos - Sección I = Tipo Pinscher-Schnauzer; Sección II = Molosoides (tipos Dogo
y Montaña); Sección III = Perros Boyeros Suizos.
- 3º Grupo: Terriers (de tamaño mediano y grande, de tamaño pequeño, de tipo
bull, Terriers de Compañía).
- 4º Grupo: Teckels.
- 5º Grupo: Perros de tipo Spitz y tipo Primitivo - Sección I = Perros Nórdicos
(Perros de Trineo, Perros de Caza, Perros Guardianes y Pastores); Sección II = Spitz
Europeos (Spitz Alemán, Spitz Italiano); Sección III = Spitz Asiáticos (Spitz Japonés,
Chow-Chow); Sección IV = Tipo primitivo.
- 6º Grupo: Perros Sabueso y Perros de Rastro - Sección I = Perros Sabueso
(Perros Sabueso de tamaño grande, Perros Sabueso de tamaño mediano, Perros Sabueso
de tamaño pequeño); Sección II = Perros de Rastro.
- 7º Grupo: Perros de Muestra - Sección I = Continentales (tipo Braco y tipo
Spaniel); sección II = Perro de Muestra de las Islas Británicas (Pointer, Setter).
- 8º Grupo: Perros Levantadores de Caza, Perros Cobradores de Caza y Perros
de Agua - Sección I = Cobradores de Caza; Sección II = Perros Levantadores de Caza;
Sección III = Perros de Agua.
- 9º Grupo: Perros de Compañía - Sección I = Bichón y semejantes; Sección II
= Perro de Agua; Sección III = Perros belgas de pequeño formato; Sección IV = Perros
sin Pelo; Sección V = Perros del Tíbet; Sección VI = Chihuahueño; Sección VII =
Dálmata; Sección VIII = Spaniel Inglés de Compañía; Sección IX = Spaniel Japonés
y Pekinés; Sección X = Spaniels Enanos Continentales; Sección Xl = Kromfohrländer;
Sección XII = Molosoides de Pequeño Formato.
- 10º Grupo: Lebreles y Razas semejantes - Sección I = Lebreles (pelo largo
u ondulado; pelo corto, orejas caídas o caedizas); Sección II = Razas Semejantes
(Perros de Caza con orejas rectas: Cirneco, Pharaoh y Podenco).
Este cuadro rápido muestra la coherencia de esta nomenclatura. Sólo el 9o grupo
contiene varias secciones cuyas razas se han incorporado a otras (por ejemplo el
Dálmata con el Braco, el Caniche con el Perro de Agua, etc.). No obstante, se ha
constatado en diversos casos que ciertos caracteres morfológicos próximos han dejado
de corresponderse, a causa de la evolución de la sociedad, con aptitudes comunes.
Por ello encontramos en el grupo 9o secciones que forman entidades relativamente
lógicas y satisfactorias.
La nomenclatura presentada se memoriza fácilmente, y merecía ser conocida por los
veterinarios partiendo de la perspectiva adoptada el día en que se redactó y presentó.
Constituye un logro para la Société Centrale Canine con vistas a una mayor implicación
científica en su proceso y es un instrumento de clasificación de las razas caninas
relativamente simple y perfectamente lógica.
Dr. Vet. Yves Surget
SCC Informations n° 17, 1e trimestre 1988
La pequeña y no menos larga historia de la nomenclatura de las razas
La SCC (organización canina francesa) encargó al doctor Roche la renovación de la
nomenclatura de las razas. Éste me transmitió la tarea en 1981, previo acuerdo la
Comisión Zootécnica de la SCC. Antes del doctor Roche, el doctor Luquet había criticado
a menudo la famosa “hoja amarilla”, es decir la lista de razas de la FCI.
Pronto me di cuenta de que no sólo había que renovar esta lista, sino rehacerla
desde la base. Creí que había que agrupar las razas en grupos y subgrupos según
los rasgos distintivos que caracterizan a cada una. La utilidad o la nacionalidad
ya no constituían el único criterio. Cada raza es lo que es por una serie de rasgos
distintivos. Lo que me inspiró este sistema fue la clasificación de las consonantes
en fonética. El 3 de febrero de 1982 presenté a la Comisión Zootécnica de la SCC
el primer artículo, escrito en noviembre de 1981 (y que apareció en la Revue Officielle
de la Cynophilie Française nº 38, del 2o trimestre de 1982): “Por una definición
componencial de grupo, raza y variedad”. Este artículo venía precedido de algunas
reflexiones sobre la “revisión de la nomenclatura de las razas caninas” (R.O.C.F.,
mismo número, página 16).
Luego le hice una exposición a la Comisión Zootécnica el 20 de abril de 1983 sobre
un “proyecto para una nomenclatura de las razas caninas”, aparecido en la R.O.C.F.
nº 42 del 3 trimestre de 1983 (difundido a los clubes por la SCC). Tras haber recibido
opiniones “a veces alentadoras, y en todo caso constructivas”, presenté el proyecto
el 23 de noviembre de 1983 (aparición en la R.O.C.F. nº 44 del 1 trimestre
de 1984). Quise entonces subrayar que, gracias al método de los rasgos distintivos,
“Esta nomenclatura no es cerrada. Cualquier perro que no figure en ella debe poder
encontrar su lugar. Toda raza que se considere puede ser desplazada. La condición
es que se aporten argumentos exclusivamente lógicos.”
Fui a exponer mi proyecto a Bruselas.
En un principio fue rechazado por la A.G. de la FCI en Ámsterdam, luego volvió a
debatirse. La puesta a punto continuaría en 1985, 1986 y 1987. En mayo de 1986 fui
a Viena para exponer los principios de la organización. Gracias al presidente Michel
y al Comité de la SCC, algunas de las más altas personalidades de la FCI me dieron
su apoyo. La Comisión de Estándares de la FCI debatió el tema en París el 8 de noviembre
de 1986. Después de muchos intercambios postales, el proyecto presentado en Jerusalén
el 24 de junio de 1987 por el doctor Paschoud, Presidente de la Comisión de Estándares,
y por mí mismo, fue adoptado por la Asamblea General de la FCI. Más tarde fue publicado
por la Société Centrale Canine, pero sin contar con las últimas puestas a punto
de la FCI. Hubo que estudiar de nuevo ciertos detalles, primero en Winterthur y
luego en Viena los días 5 y 6 de octubre de 1987. Finalmente se concedió el imprimátur.
En enero de 1988 la SCC publicó la nomenclatura en los “Reglamentos Generales de
la Cinofilia Francesa” y decidió que se aplicaría como máximo a partir del 1 de
junio de 1988 en todas las exposiciones francesas, y que entraría en vigor en todos
los países de la FCI como máximo el 31 de diciembre de 1989. Espero que, gracias
a los subgrupos, aporte una nueva emulación a las exposiciones. Tras designar a
los mejores perros en cada raza, deberíamos hacer que compitan con los mejores de
otras razas del mismo subgrupo.
Ya oigo las objeciones: “hacen falta tiempo, y jueces”. Sí, pero imaginemos un espectáculo
en que podamos ver a perros excelentes competir con sus “casi primos” o “casi semejantes”,
en subgrupos o secciones homogéneas, en lugar de verlos apoltronados por la tarde
en las jaulas. El “Best in Show” no sería más que la apoteosis. Tal vez esta “nueva
idea” se abra camino. Se la envié al Comité de la SCC, que me hizo el honor
de recibirme.
Raymond Triquet
Club du Bouledogue Anglais (English Bulldog Club), n°3, 1988